Los orígenes del diábolo:
Los historiadores están de acuerdo que en la China, donde se descubrió, el juego del diábolo se ha practicado durante más de 2.000 años. Durante la dinastía Han (206 AC), al diábolo se le denominaba "Kouen-gen" que significa "hacer silbar el bambú vacío". De hecho, en la China, los diábolos todavía hoy se hacen de bambú, con agujeros en los lados para hacerlos silbar mientras ruedan.
Los misioneros franceses e ingleses y enviados políticos y diplomáticos, fueron los que llevaron a Europa estos extraños objetos, denominados por un desconocido erudito "DIABALLO" (luego diábolo), de la raíz griega "día" que significa "a través de", y "ballo" que significa "lanzar".
En Francia, tan pronto como se introdujo, el diábolo fue muy bien acogido y considerado un juego tan competitivo como el "jeu de paume" probablemente una forma de tenis antigua. Ya que en 1810, se formaron diversos clubs en París y las competiciones tenían lugar en lo que son hoy en día los Champs Elysées. El juego del diábolo llegó a estar muy de moda, incluso en la Corte de Napoleón I, parece ser que se jugaba con diábolos hechos de madera maciza.
En 1906, un inventor francés, Gustave Phillipart, presentó un diábolo hecho con dos copas de metal y los bordes protegidos con caucho de neumáticos viejos. "El diábolo moderno se había inventado". Pronto hubo una verdadera locura en Francia y luego en Inglaterra. Numerosos escritos, narraciones y tarjetas postales muestran que se jugaba con el diábolo por todas partes y por casi todas las clases sociales. Con la primera Guerra Mundial llegó el segundo eclipse del juego.
Más tarde, el diábolo solo aparecerá en los escenarios de los teatros. Hacia 1980, gracias al uso de la tecnología moderna, a los materiales, y a la investigación y precisión de los fabricantes, empezó una nueva era para el juego del diábolo, lo cual permitió que cada vez más y más malabaristas y aficionados hicieran cosas extraordinarias con 1, 2 o 3 de estos extraños y bellos objetos voladores.